Antonio Jara, una vida dedicada al futbol base
Fue uno de los fundadores de la Escuela Morala de Fútbol, donde actualmente continúan formándose cientos de niños y jóvenes
Antonio Jara. Un nombre propio que actualmente sigue presente en la vida, la memoria y el corazón de todos los que le conocieron. Antonio Jara, un moralo que dedicó su vida a trabajar por y para su pueblo, desde la humildad, pero con el sacrificio y el orgullo de haberlo conseguido.
Nació en Navalmoral el 21 de diciembre de 1942 y comenzó trabajando en una zapatería, pero después pasó al mundo de la mecánica, donde profesionalmente desarrolló una gran labor emprendedora..jpg)
Su pasión por el deporte rey, el fútbol, y su cariño a los niños fueron sin duda, los dos pilares que le hicieron tomar la decisión de embarcarse en una gran aventura. Una aventura que hoy por hoy continúa siendo presente y materializada en la Escuela Morala de Fútbol.
Antonio Jara fue jugador del Moralo en su juventud, aunque pronto pasó a formar parte de la Directiva del club, “que era lo que se le daba mejor”, explica a Las Claves uno de sus hijos, el menor, Paco Jara.
ESCUELA MORALA EN LOS 80
Difíciles años y tiempos para todos. El deporte, un escape, un objetivo, una meta. Junto a otros apasionados del fútbol como José Luis Manzano, Lorenzo Sánchez, Emilio Casitas, Fernando Gómez… inició una escuela de fútbol base, una cantera de juventud a la que dedicó mucho tiempo, toda una vida.
Paco Jara recuerda que “mi padre empezó fundando la Escuela Morala en 1980, siendo él su presidente, con una serie de compañeros en el Bar Manzano donde se juntaban a celebrar las asambleas”. Era su pasión y se notaba. “La intención de mi padre y de los que fundaron con él la Escuela Morala era dar cabida a todos los niños de Navalmoral, tanto los que tenían como los que no tenían recursos y posibilidades. Conseguir que no estuvieran por la calle sin saber qué hacer. Así es como se enfocó la Escuela. Y se consiguió de lleno. Es raro ver a alguien que no haya jugado y pertenecido alguna vez a la escuela”.
Un éxito abrumador que necesitó muy pronto de la ayuda de más gente que colaboró e invirtió su tiempo y esfuerzo en pro del fútbol de niños y jóvenes. “En esos tiempos todo se tenía que hacer con mucho sacrificio”. Organizaban viajes a lugares cercanos como Plasencia, “con lo difícil que era en aquellos años había que hacer mucho sacrificio y esfuerzo para conseguir autobuses, equipaciones”, apunta Jara.
El hijo menor de Antonio Jara, recuerda que “en aquellos tiempos las equipaciones se lavaban en mi casa. Las traían y mi madre las lavaba. Teníamos allí una habitación que era como un pequeño almacén con materiales, balones, ropas…”.
Para Antonio Jara, el fútbol base, la cantera, los niños eran lo más importante. “Disfrutaba viéndoles jugar, le encantaba”, recuerda su hijo. Porque en aquellos tiempos tan complicados, esas ganas eran las que a Antonio Jara le impulsaban a seguir adelante. Su hijo recuerda que “antes todo eran dificultades, no había recursos, no había campo, se jugaba en la tierra, el barro, en la calle. Ahora todo está mucho más profesionalizado. No quiero decir que ahora no haya sacrificio, pero sí hay menores dificultades”.
DIRECTIVO DEL MORALO C.P
Una vida dedicada a su pueblo a través del fútbol. Antonio Jara Sánchez fue directivo del Moralo CP durante seis años en la década de los 70 además de delegado de zona de la Federación Extremeña de Fútbol. “Lo de ser delegado regional antes era diferente a la actualidad. Recuerdo que hacía viajes, incluso asistía a conferencias en diferentes puntos de nuestra geografía para informarse bien de cómo funcionaban las cosas, de las novedades”, apunta Paco Jara.
Pero también tuvo presencia en la vida política de nuestra localidad, como Concejal de Deportes. “Él quería trabajar por el deporte moralo y pensó que podía hacerlo desde el Ayuntamiento”, afirma Paco Jara, pero tras poco tiempo en política, dimitió, y continuó trabajando desde la Escuela, como al principio, convencido de que así podría ser más útil y lograr sus objetivos.
FÚTBOL EN FAMILIA
El fútbol estaba presente en el hogar de Antonio Jara. “En casa se hablaba siempre de fútbol, fútbol y fútbol. Nos inculcó su afición por este deporte. De hecho, mis hermanos y yo hemos jugado al fútbol. También hemos entrenado a diferentes equipos”.
Los tres han seguido en cierta forma los pasos de su padre. Antonio jugando y entrenando a la Escuela Morala, Urbano jugando en la Escuela y en el Moralo y entrenando a la Escuela Morala y al Moralo Juvenil y Paco, tras jugar en la Escuela, entrenó al CD. Navalmoral, Escuela Morala y al Moralo Juvenil, sin olvidar su año como ayudante del primer entrenador del Moralo en Tercera División.
Dejaron el mundo del fútbol, para dedicarse a sus familias y trabajos, pero reconocen sentirse orgullosos de todo lo bueno que se recuerda de la labor de su padre. “Pensamos que hay mucha gente que merece ser recordada en Navalmoral por haber trabajado por este pueblo en muchas facetas: deportes, política, cultura. Y no sabemos el por qué de tantos actos de recuerdo y conmemoración a mi padre, aunque sí nos sentimos muy orgullosos por ello”, asegura Paco Jara.
Su hijo nos habla de otras de sus grandes pasiones, de uno de sus hobbies, la pesca. “Le gustaba ir de pesca con mi hermano mayor y con amigos desde siempre. Y cuando se apartó del fútbol es cuando disfrutó más de esta actividad. Se iba pescar a menudo”.
HOMENAJES Y RECORDATORIOS
Antonio Jara mereció ya reconocimientos antes de su fallecimiento. Su labor altruista y desinteresada por el deporte base en la localidad morala fue galardonada en la Gala del Deporte celebrada en 1998 con el premio a la Mejor Trayectoria en pro del deporte moralo. “Recuerdo lo contento que estaba mi padre cuando se reconoció su trabajo en la Gala del Deporte. No cabía en sí de gozo. Estaba feliz”, apunta Jara, al tiempo que asegura que “lo bonito es realizar reconocimientos en vida de aquellas personas que han trabajado por su gente. La pena es que muchas veces esos homenajes llegan ya una vez que la persona no está y no lo puede disfrutar”.
Tras su fallecimiento que llegó cuando Antonio Jara tenía 59 años, los homenajes continuaron. Una placa en el pabellón municipal recordando su dedicación y trayectoria, y multitud de actos, memoriales en su nombre, con los que además se consiguió aunar a muchos colectivos relacionados con el fútbol, aparcando diferencias, y uniéndose con un fin común, recordar el trabajo de una persona con nombre propio: Antonio Jara Sánchez.
UNA FUNDACIÓN EN SU HONOR
Dos años después de su fallecimiento, su recuerdo se quiso materializar en la creación en 2004 de una Fundación. Sus tres hijos, Antonio como presidente, Urbano como vicepresidente, y Paco como secretario quisieron formar esta fundación no sólo para reconocer el impulso de su padre al fútbol base moralo desde 1980, sino para que sirviera para poder seguir trabajando y realizando actividades deportivas en torno al fútbol congregando a cientos de futbolistas.
Quizás uno de los actos que mayor trascendencia tuvo fue el Memorial Antonio Jara que año tras año congregó a cientos de jóvenes. Partidos y actos donde tanto niños como familiares disfrutaban del deporte base y cuya recaudación se destinaba a la fundación Blas Méndez Ponce, ayuda al Niño Oncológico. Gracias a este torneo visitaron Navalmoral equipos como Real Madrid, Betis, Atlético de Madrid, Rayo Vallecano, Celta de Vigo, Cádiz, Getafe, Mallorca, Villareal, Rácing de Santander entre otros.
Tras seis ediciones de este torneo de fútbol base donde el deporte también dejaba sitio a la convivencia, a la fiesta y al juego de futbolistas y de sus familiares, “dejó de realizarse por falta de ayudas”, asegura Paco Jara.
Su labor también fue reconocida al decidir poner su nombre al pabellón de las Eras del Cerro. En grandes letras podemos ver, desde su inauguración, el nombre de Antonio Jara, en un espacio donde niños y jóvenes desarrollan a diario actividades deportivas.
SU PROYECTO CONTINÚA
La Escuela Morala de Fútbol continúa su actividad diaria, con participación de niños de diferentes edades que a pesar de su corta edad, tienen el deber y el derecho a conocer la historia de su escuela, de uno de sus fundadores, de su primer presidente, de aquella persona, Antonio Jara, que dedicó su vida entera a los más pequeños, y de la que hoy todos, nos sentimos orgullosos.
Una Escuela por la que han pasado cientos, miles de niños y jóvenes que no sólo han aprendido a jugar al fútbol, sino también se han formado como personas. Algunos nombres como Óliver Torres, Juan Carlos Paniagua, Torrecillas, Santi Polo, Edu Madrigal, Carlos Isaac Muñoz y otros muchos que seguirán llevando su buen hacer en el deporte del fútbol a todos los rincones, y sobre todo llevarán en su corazón el haberse formado en una Escuela creada no sólo para hacer buenos deportistas, sino sobre todo para hacer buenas personas. Y estamos seguros de que su presidente fundador, Antonio Jara, sonríe y disfruta desde allí arriba al ver a esos jóvenes, a esas nuevas generaciones, seguir consolidando la cantera del fútbol en la localidad.
REPORTAJE PUBLICADO EN LAS CLAVES EN JUNIO DE 2016.
Ha sido un reportaje patrocinado por:

1 Comentarios en Antonio Jara, una vida dedicada al futbol base
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#1- Eladio San Juan Brasero
Antonio Jara, un hombre ejemplar. Compartí con él mis primeras lecciones de cultura. Otro Antonio, su padre, mi tío, no dio clase de cultura general. Que tiempos...!
Antonio Jara, mi primo.
Un abrazo directo al cielo, primo
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