Félix Contreras recupera la obra del músico extremeño Juan Bayal

Bayal falleció en Navalmoral en 1988

Homenajeado recientemente en El Escorial por su contribución al folklore tradicional, Félix Contreras, musicólogo segoviano, afincado en Navalmoral desde hace más de cuarenta años se encuentra analizando la obra musical del músico extremeño Juan Bayal “con la intención de recuperar sus canciones, adaptarlas y arreglarlas a la tesitura de otros instrumentos musicales distintos de los que figuran en las partituras del músico extremeño para que vuelvan a sonar”.

Bayal, nació en Aldeacentera en 1898 y murió en Navalmoral a los 90 años de edad y, según explica Félix Contreras, “poseía una profunda formación musical, dominaba el violín a la perfección y, además de dedicarse a su profesión de zapatero, transcribía, vendía e intercambiaba partituras”.

A lo largo de su vida musical, explica Contreras, Juan Bayal formó varias agrupaciones musicales con las que amenizaba las fiestas de los pueblos de la comarca de Trujillo, hasta que por la década de los 70 del siglo pasado, la emigración al País Vasco, Madrid y Barcelona deshizo estas agrupaciones.

Tras su fallecimiento, uno de sus familiares entregó a Contreras una cantidad de partituras manuscritas que habían desechado y que Bayal utilizó a principios del siglo pasado, así como revistas de divulgación de los cantantes de moda de esa época.

Intensa obra musical

Su obra musical fue intensa a tenor por la enorme cantidad de documentación que llegó a manos de Contreras. Parte de esta documentación, compuesta por partituras de orquestala fue entregada a la Fundación Joaquín Díaz, en Urueña, Valladolid para su clasificación y archivado y el resto, partituras para un solo instrumento, quedó en propiedad de Félix Contreras y es sobre la que está trabajando.

Entre esta documentación se encuentran partituras y revistas con información de la vida musical decanzonetistas como La Fornarina, La Chelito, Pastora Imperio, Amalia de Isaura, Olimpia D’Avigny, Raquel Meller, Adelita Lulú, Carmen Flores, Imperio Argentina, etc. de moda en esa época que cantaban cuplés, chotis, jotas, pasodobles, fox-trot, habaneras, mazurcas, pericones, tangos, valses y zambras que se escuchaban en los aparatos de radio o en los teatros en las primeras décadas del siglo XX. Muchas de estas canciones, con el paso del tiempo, han pasado a ser tradicionales y han influido grandemente en la música actual.

Bayal también debió tener mucha relación con la vida militar de principio de siglo ya que transcribió varias partituras de marchas dedicadas a hechos militares de esa época, como La toma del Gurugú, El monte Arruit, La misión de España, Marchas Carlistas e himnos como como el de Segovia nº 75, dedicado al Regimiento de Artillería Segovia nº 75, ubicado en Cáceres en 1921 y otros himnos como el nacional Serbio, el de la República de Portugal o el Nuevo himno Ruso.

Otras obras que también transcribió a mano fueron Marchas para cornetas, el Himno de la exposición Universal de Sevilla de 1928, música de Francisco Alonso y letra de los hermanos Álvarez Quintero, libretos de Zarzuela, Obras de coral, sardanas, bulerías, sevillanas, cantiñas de Portugal, rondas de Aragón, etc.